ENCAJE NATURALEZA Y HUMANIDAD
Reconstruir la socialidad humana para encajar en la naturaleza
Partamos de dos máximas que no se pueden discutir, o por lo menos a vista de los hechos y la actual realidad. Los seres humanos no podemos escapar a la naturaleza, porque en esencia somos naturaleza y por otro lado no existe tal naturaleza humanizada.
Desafortunadamente, llegados a la situación planetaria en que nos encontramos, ya no podemos negar que nos hemos convertido en una fuerza de tal magnitud; que hemos sido capaces de alterar el equilibrio natural del planeta. Debemos por tanto asumirlo responsablemente teniendo en cuenta el desafío que tenemos.
Pero, es que está claro que esta crisis ecológica es una crisis social. Evidenciando que quien ha fallado no es la naturaleza, sino la sociedad; la sociedad en su estructura interna y en la forma de gestionar los recursos naturales, y lo peor, de auto gestionarse.
Vivimos hoy una realidad marcada por la crisis ecológica planetaria y una globalización socio económico, una cada vez más profunda brecha entre el norte y el sur, un agotamiento imparable de los recursos naturales; que ponen en evidencia la finitud de estos a nuestra escala humana, tras el desconocimiento de nuestra esencia como naturaleza.
Evidentemente la actual situación; lejos de reclamar una solución tecnológica para la problemática medioambiental, lo que realmente pide a gritos es una reconstrucción de la socialidad humana, que de forma clara debe pasar por el cambio de la competitividad industrial a una cooperación productiva.
El actual modelo de producción y consumo ha adquirido su verdadera identidad de lo absurdo a vista del crecimiento de las economías de China e India, que deja en evidencia el beneficio de una minoría cada vez más minúscula.
Y eso lo que nos dice a las claras, es que si, menos de un quinto de la población ha sido capaz de crear éste caos, la reacción de otro quinto que se decida a actuar para cambiar, sumará la inercia para enrumbarnos a una recuperación del equilibrio natural mediante una adecuada gestión de los recursos y una sociedad más humana.
Revertir los problemas de la inconsciente producción de cosas inútiles que han llenado el planeta de basura, la extrema ineficiencia en el desarrollo de soluciones alternativas, por culpa de nuestro antropocentrismo que no emula a lo natural, derivando en un pésimo diseño de las cosas, que usan indiscriminadamente recursos, que no atinan a poder garantizar que sigan siéndolo al final de su vida útil y la prepotencia tecnológica que incursiona pretendiendo solucionarlo todo con la anuencia de la humanidad.
Todo ha derivado en la suma de incoherencias, en forma de una sumatoria de problemas que desembocan desde luego en una crisis social, una crisis de valores, donde la ética y la palabra han desaparecido y el poder adquisitivo es el rey.
Desde luego que hoy con ésta irracionalidad hacen falta más que dos o tres planetas para seguir ésta desaforada, frenética y totalmente desquiciada carrera al colapso.
Creo que esta carrera está muy cerca de llegar a su fin, y no será en definitiva por la falta de recursos (que los tiene y siempre los tendrá la naturaleza, pero a su escala y ritmo; el que no hemos sabido llevar).
Un apartheid planetario, es una suerte que no se debe permitir. Pero el tiempo, el incansable, no da tregua y cada día cuenta en esta carrera. De nuestra responsabilidad, de nuestra toma de consciencia de una realidad innegable, que algunos se empeñan en tapar (y a fuerza que lo han conseguido) dependerá que el rumbo cambie y podamos enderezar el barco, recuperando el equilibrio, ese encaje entre la naturaleza y la humanidad.
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