EL BAMBÚ Y SU APORTACIÓN EN LA SOLUCIÓN DEL DÉFICIT DE VIVIENDA A NIVEL MUNDIAL.

 

Resulta sorprendente el hecho de que en la era del “desarrollo sostenible”, donde desde el punto de vista de las ciudades se pretende apostar por la figura de la ciudad compacta, donde se gane en altura y no en superficie construida, para concentrar los servicios, y disminuir los desplazamientos horizontales. En las grandes ciudades de Latinoamérica, se sigan ejecutando proyectos de vivienda periurbanos enfocados solucionar el problema del déficit de vivienda.

Uno de los motivos, desde luego, como siempre, es el afán mercantilista y de ganar mucho dinero, por arte de los especuladores inmobiliarios y las grandes empresas constructoras, ya que hasta ellos no llega la mirada de la sostenibilidad aplicada al desarrollo de los núcleos habitacionales, y menos si están destinados a las personas de menos recursos.

La dependencia del sistema de quienes emigran de las zonas rurales a las ciudades, entre otras pasa por algo tan básico como su vivienda.

Hoy en día se habla de que, por ejemplo en América latina se llegará en pocos años a una concentración del 80% de la población en las grandes ciudades. Lo que implica que el déficit de vivienda crecerá aún más.

La consecuencia de un éxodo a las ciudades, es la demanda de vivienda y servicios públicos. Lo que implica necesariamente uso de materiales para construcción y materiales industrializados que permitan responder de manera oportuna al problema de la vivienda, con sus consabidas aportaciones a la problemática medioambiental.

Es aquí donde cobra su verdadero valor e importancia el contar con un material natural, sostenible al cien por ciento, que abunda en el continente americano y  se muestra como ese catalizador en la solución de la problemática de déficit habitacional, y sobre todo de las personas menos favorecidas, brindando la posibilidad de poder acceder a una vivienda digna y segura y con unos costos realmente asequibles, en virtud a que, entre sus muchas otras características de las que no hablaremos hoy, tenemos su facilidad de ser base de soluciones constructivas que se materializan por autoconstrucción. Estamos hablando del Bambú.

Y es que además de que puede solucionar problemas de vivienda en las zonas periurbanas, dignificando a sus habitantes, también resulta clave en su aportación a la densificación de las zonas urbanas, al permitir ganar en altura en edificios, gracias a su poco peso y reconocida resistencia.

Me podría extender muchas líneas explicando las bondades del bambú como material sostenible ideal para la construcción de viviendas de excelentes prestaciones y bajo coste, pero lo que hoy quiero transmitir es el llamado a fijarse en ese recurso que clama a gritos para que lo usemos en pro de la solución a múltiples problemas sociales, medioambientales y económicos.